Ya me ha ocurrido en más de una ocasión, percibir en determinadas personas (más bien de mediana edad…) miedo a exponer su vida en las redes sociales.
Por supuesto que entiendo que este medio no sea de su agrado y por lo tanto no lo utilicen, pero cuando el motivo se ciñe únicamente a la preocupación que sienten por lo que los demás puedan ver y opinar respecto a lo que muestran lo voy entendiendo menos.
Y menos entiendo cuando se da dentro de la circunstancia en la que son ellos mismos los que pueden elegir qué personas de su vida personal, familiar o profesional pueden acceder.
¿Es posible que a veces en nuestra vida la transparencia brille por su ausencia?
Las redes sociales es solo un ejemplo donde puede quedar al descubierto nuestro miedo a que se conozca nuestro verdadero yo.
Hemos llegado en el ámbito laboral y ya desde la entrevista de trabajo, a fingir ser poseedores de determinados valores pensando que así nos ajustamos mejor al perfil de persona que están buscando para ese puesto y que encaja más con la misión y visión de la empresa.
Entre nuestros amigos, adoptamos muchas veces un rol que no nos corresponde creyendo que así seremos mejor aceptados.
Otras veces actuamos “a escondidas” de otros, con lo que ser descubiertos no nos interesa absolutamente nada.
O simplemente por sentirnos juzgados, nos ocultamos.
Error, gravísimo error no ser fieles a nosotros mismos y a los demás ¡
Ignorantes seremos si creemos que podemos engañar eternamente a alguien, torpes por fingir quién no somos atrayendo a personas que nunca nos harán felices, imán para el estrés porque viviremos preocupados de que el mundo no se entere de nuestras mentiras y tristeza para nuestro corazón por necesitar escondernos.
Sin embargo, si somos valientes y nos decidimos a ser portadores de la verdad, la vida pondrá en nuestro camino personas con las construiremos relaciones auténticas que nos ayudarán a conocernos más en profundidad, a descubrir nuestra misión en la vida y se nos regalará la paz y el bienestar que tanto anhelamos.
¡Atrévete!
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