La amabilidad tiene un PODER EXTRAORDINARIO que se conoce poco porque si no, no pararíamos de encontrar momentos para ponerlo en práctica.
Cuando lo recibimos de alguien, te invade la alegría, el optimismo y la esperanza. Es capaz de convertir un día gris en uno soleado. Primero, porque alguien se ha fijado en nosotros (lo cual ya es muy agradable) y segundo porque ese alguien, ha acudido en nuestro auxilio o ha querido tener, para mí, un acto desinteresado de bondad.
Es individual, A MI MEDIDA, porque no se practica con todo el mundo de la misma forma. Me dan lo que necesito, ajustado a mi sello de identidad.
Recibir un regalo de ese calibre, tener un encuentro con una persona amable, puede suponer en cada uno de nosotros una transformación tan positiva y decisiva que nos puede dar una confianza en la vida y en nosotros mismos que antes no tuviésemos. Conmueve nuestro corazón, lo ensancha y lo anima a cambiar.
Es TAN GRATIFICANTE sentir tantas cosas buenas que no lo puedes pasar por alto y lo que te sale, es poner en práctica la AMABILIDAD con los demás. Al principio, es posible que se empiece tan solo atendiendo con agrado y prontitud la solicitud de alguien (que ya es más de lo que muchos hacen) pero con el tiempo, eres capaz de ADELANTARTE a sus necesidades porque has llegado, con su práctica, a desarrollar otros dones como la humildad (dejas de estar tan pendiente de ti mismo) y la generosidad (pones sus necesidades por delante de las tuyas).
Todos queremos tener amigos pero si realmente los quieres de verdad, no sólo esos que nos liberan de trabajo o nos cubren de diversiones los fines de semana, te tienes que tomar la molestia de emplear tu tiempo en hacer cosas por ellos, teniendo detalles absolutamente desinteresados y hacerlos con mucha alegría y generosidad. De esa forma, se sentirán importantes gracias a ti y eso permanecerá en su memoria durante mucho tiempo. Atrévete a descubrirlo en tu entorno de amigos, de familia y trabajo.
La amabilidad debe ser también hacia uno mismo. Debemos hablarnos y tratarnos con amabilidad. Si en alguna ocasión creemos que hemos obrado mal, no debemos ser muy duros.
Darnos cuenta de lo que ha pasado e intentar poner todo de nuestra parte para que no vuelva ocurrir es lo primero que debemos hacer, además así evitamos caer en el victimismo.
El victimismo es muy peligroso porque lo que desea es que nos quedemos parados, ensimismados y sintiendo lástima sin hacer nada más por resolver.
Procuraremos tratar también con amabilidad nuestro cuerpo que nos acompaña continuamente en nuestro día a día y que de su estado (bueno o malo) depende mucho el ánimo que sintamos hacia nosotros mismos y hacia los demás. Se nos regaló gratuitamente, no lo maltratemos!
Una vida centrada en uno mismo es absolutamente vacía. Si alguna vez te sientes desdichado puede que sea por eso y si ese no es el motivo… DA IGUAL !!, sal de ti y ve en busca del otro….ya me contarás la infinidad de cosas que se te ocurrieron para hacer feliz a alguien. Genial, verdad ??? Pruébalo!!
No DEJES PASAR NI UN DÍA sin encontrar una situación en la que puedas SER AMABLE.
TodoEsDon.
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