¿Quieres ser un buen competidor sin morir en el intento?

Competir se convierte en algo natural en nuestro día a día.

Desde que nos levantamos intentamos ser los primeros…..primeros en entrar al baño para arreglarnos, atentos de que no me “la cuelen” conduciendo o en la compra y si pensamos en nuestro trabajo, allí si que necesitamos ser expertos competidores,  donde no debemos bajar la guardia nunca porque nuestro puesto puede estar en juego.

Cuando somos jóvenes competimos en número de amigos, en notas, en ser el más popular, incluso el más ligón ¡

Luego vamos creciendo y al igual que nuestros compromisos aumentan, lo hacen las obligaciones que nos creamos en competir respecto a los demás en cuanto a casa, coche, vacaciones, pareja…. incluso nuestros hijos pueden ser objetivo clave de medición en algún momento en cuanto a habilidades, aptitudes y logros.

¿Nos extrañamos al final del día sentirnos agotados?

¿Quieres ser un buen competidor sin morir en el intento? Entonces compite en amor ¡¡

Esforcémonos en encontrar entre las personas que pasa por nuestra vida un punto de encuentro y de entendimiento con él. Es posible que existan muchas diferencias entre las partes pero fuimos creados iguales en cuanto al deseo y necesidad de amar y ser amados.

Es cuestión de poner intención, ganas, atención y cariño el descubrir qué es aquello que nos une al otro llegando así al final del día gozosos y descansados por haber sido un buen competidor.